lunes, 7 de noviembre de 2011

Cojones


Por Eulalio Meaurio

#Partido contra rival difícil.
#El DT pide licencia para ir al Congreso de Neumáticos Rodado 14 en Buenos Aires.
#Los hijos del DT Emiliano e Insfrán también se excusan y aseguran que estarán “recién para el próximo partido”.
#Semana con entrenamiento insignificante, ni asado unificador de grupo.
#Cinco minutos antes que empiece el cotejo el naranja solo tiene en el vestuario a 6 integrantes del plantel. ¿Y Cristian? En el simposio de sándwich de miga de Corrientes. ¿Y Ape? No pagó la cuota. ¿Y Joaquín? Afectado al Festival de la Doma en su campo. ¿Y entonces? Recuento antes de ingresar al terreno de juego: Ahora son 10.
#Primeros minutos: fatalidad y desconcierto. 0-2 el Naranja abajo. La hinchada descuelga los trapos y baja un par de escalones.
#La desgracia no se detiene. A los 15 del primero Foco afuera. Doble amarilla y Agrofor con 9. El Chorpa incita a los referentes a sufrir lesiones imaginarias para no acopiar una derrota histórica.
#Pasan los minutos y el naranja se va acomodando en la cancha ante la displicencia rival. “Línea de 3”, dice el Negrito. “Y nadie me diga nada”, agrega.   
#Quemando las naves sale la contra agroforeña. Centro a nadie, pero la pelota se estrella casualmente en la mano del rival. “Penaaaalllllllllllllllll”, brama el estadio. El réferi compra. El Japo adentro. 1-2. ¿Se puede?
# Entretiempo: El Chorpa patea el tablero. Asume el interinato y manda a sus nuevos dirigidos a “morir de pie o al menos no perder por 8 goles”.
#Primer jugada de riesgo, el Japo cerca del travesaño. Epa! Un aviso.
#El rival maneja la pelota, crea oportunidades y desborda por los dos costados pero chocan una y mil veces contra la muralla de ojete que conforma la improvisada defensa naranja.
#A cinco del final, córner para Agrofor. Viaja la pelota hasta la cabeza de Dino que se la baja a Marito. ¿Gol? No, pasó cerca. Los fantasmas ya sobrevolaban el banco visitante.
#Minuto de descuento. El laboratorio sale a flote. Pelotazo frontal a ver qué pasa. Ariel se anticipa a la defensa y lo habilita al artillero oriental. Se le escurre entre las costillas al marcador y con toque suave le cambia el palo al arquero. Caño y adentro. Palo y gol. Locura y rocanrol.
#Los empates al final  ¿se festejan?

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Aburguesados

Por Eulalio Meaurio



¿El camionero Hugo Moyano encabezaría una huelga de hambre para reclamar por el derecho de los trabajadores? ¿El cantante Bono renunciaría a todos sus bienes para donarlos a las lucha contra la deforestación en el Amazonas? ¿Dejaríamos de adquirir automóviles para evitar la contaminación ambiental? ¿Utilizaríamos bicicletas en su reemplazo? ¿Abandonaríamos nuestros celulares y caminaríamos hasta la casa de nuestros amigos para saber si están? No. La respuesta es no. Definitivamente no. El aburguesamiento de la humanidad conduce a economizar esfuerzos sacando el mayor beneficio posible.
Así como el policía que otrora perseguía al punga con el garrote pasado un tiempo de servicio prefiere darle caza con la bala de su calibre 38; así como el novio deja crecer su vientre una vez que contrae nupcias (y ella también), así como Fito Páez se dedicó a cobrar regalías de sus producciones pasadas sin generar nuevos éxitos y el perro después de unos años ya no persigue al cartero, el futbolista agroforeño después de conquistar 5 títulos no quiere esforzarse más.
La pereza para entrenar, la ausencia de motivaciones para juntar al grupo (según último censo de asado fueron sólo 5 integrantes del plantel), las excusas por la lluvia, el calor, el frío, el clima templado, el exceso de postres y una vida rutinaria alejada del sacrificio físico redundan en la decadencia del Naranja.
“No sé como motivarlos”, refurfuñia el DT por todos los rincones. La respuesta está en la foto y título de la nota: Aburguesados. Para reverdecer los laureles hay que reinventarse. Abandonar la comodidad, encontrar nuevos desafíos y comprometerse. Suena lindo. Ahora mejor me voy a hacer un sanguich de milanga con dos birras porque el sábado hay que jugar.