Por: Eulalio Meaurio
Arrancó la liguilla final en la zona A de los interprofesionales y Agrofor, una vez más, está en la pelea por el título. El conjunto naranja sacó chapa y jugó un paridazo, aunque la suerte, esta vez no acompañó y el partido finalizó 1 - 1.
En líneas generales Agrofor cumplió con la consigna que bajó de la popular: “¡Pongan huevo!”. La tribuna pide muchas cosas, pero sobre todo que el equipo deje el pellejo en la cancha. Poner huevos no es más ni menos que mostrar agallas, valentía, coraje, arrojo, valor, audacia, osadía, bravura, atributos necesarios para sobreponerse a los obstáculos cuando la mano viene torcida o el juego desplegado requiere de una ayuda extra. Un condimento indispensable para doblegar al oponente, o al menos, nivelar la contienda.
Huevos, lo que se dice huevos, tienen los que se tiran al piso, raspan, corren y se exigen en cada pelota. También los que la piden, los que gambetean, los que apuran al rival en la salida y los que se bancan que les empaten en el final. Porque entienden que el fútbol es un juego que dura hasta que el réferi decide terminarlo y las chances de hacer un gol, o que te lo hagan, puede ser en el primer o en el último minuto.
Pero ojo, de tanto poner huevos uno puede quedar como los integrantes de esta tribu africana y tener problemas en la elección del tamaño del slip. Pongan huevos muchachos, pero guarda con las consecuencias.