Por Eulalio Meaurio (preocupado por la falta de libertad de expresión de Nelson Castro, a pesar que tiene programas en radio Mitre, TN y web propia)
Estamos convencidos que todo los productos que adquirimos responden a un mandato natural de nuestros instintos y no a tendencias planificadas que operan sobre nuestro cerebro y nos sugieren que la vida carece de sentido si el plasma de 45 pulgadas no adorna el living.
La moda, esa ola digitada por vaya a saber que piolines del demonio, se instala y de repente aparecemos sonrientes con pantalones nevados y una camisa floreada, convencidos que ese aborto textil nos queda bien porque lo dice una revista. O lo que es peor: sometemos complacientes nuestros oídos a hits como la Macarena o abrimos una cuenta en Twitter y nos hacemos fans de Marcelo Bonelli y Gustavo Silvestre, con la convicción que los voceros de Héctor Magnetto están interesados en nuestra opinión.
Es inevitable. Nos rodearon la manzana y sólo queda subirse a la tabla de la actualización constante y surfear por los mares de la frivolidad evitando el inminente ahogamiento.
Como estrategia de supervivencia, una opción potable es tomar lo que nos ofrece el sistema y resignificarlo. Trocar su sentido original y llevarlo por una autopista sin peaje hacia nuestra realidad. Haciéndolo más humano.
Casi dos millones de personas están suscriptas al gran juego argentino: El Gran DT. Siguiendo el razonamiento que encabeza esta nota, Eulalio no se quedó afuera de la moda y también armó su equipo. Lo puso al ropero Walter Fernández y al Turco Alul, pero el grupo Clarín lo censuró diciendo que no eran jugadores actuales. ¿Y el gordo Fabbiani? Tampoco juega, pero si lo acepta el multimedios. Algo no cierra.
Traslademos ese juego a la Liga interprofesional. Arrancás con un presupuesto imaginario de 450 pesos. Un Dino te cuesta 34 mangos, jugó para un 6, metió 2 goles (dos puntos por gol). Según Clarín, el empresario de la construcción que apoya al deporte debería llevarse la friolera de 10 puntos. Mientras que un Insfrán, que te sale un poco más caro (sobretodo si le pedís presupuesto para un duplex), jugó para un 7, pero metió una murra y le sacaron amarilla. Menos dos puntos. Y encima no hizo goles. Total 5 míseros puntos.
Señores, Clarín tergiversa la realidad hasta en los juegos que propone. Según nuestra óptica, el mejor jugador de Agrofor (en esto se incluye a los muchachos del GG) debe reunir una serie de requisitos para ser la figura de la fecha con criterios distintos a las frías estadísticas de los monopolios.
A continuación el puntaje a considerar:
•Gol = 2 puntos
•Valla invicta = 2 puntos
•Figura de la cancha = 5 puntos
•Amarilla = (-2) puntos
•Roja = (-4) puntos. Salvo que sea en defensa de un compañero o un merecido acto de ajusticiamiento. En ese caso se le sumarán 20 puntos.
•Llegar tarde al calentamiento = (-1) punto
•Faltar al partido = (-10) puntos. Salvo accidente fatal en la ruta
•Fingir lesión frente al DT por exceso en la noche anterior = (-15) puntos
•Asumir problemas con el alcohol antes del partido = 10 puntos. La honestidad no tiene precio.
•Irse ni bien termina el partido = (-10) puntos. A excepción que le esté entrando agua en la casa. En ese caso también se le descontarán otros 10 puntos si el hecho está consumado y el jugador no llegó a tiempo al cruce.
•Pagar las 2 primeras birras post partido = 7 puntos
•Permanecer en el tercer tiempo cuando ya se agotaron los comentarios del partido = 8 puntos.
•Poner la casa, club o local bailable en la semana para cohesión del grupo = 15 puntos.
•Ir a ver los partidos pese a estar expulsado o lesionado y/o buscado por fuerzas policiales = 10 puntos.
Sugerimos a los participantes imprimir la planilla y rellenarla sábado a sábado y a fin de año tendremos entre nosotros al jugador integral de Agrofor. Larga vida al ganador.