Pasame el Tetra…campeón

Por Eulalio Meaurio (junto al Pulpo Paul en el acuario alemán)

Internet sirve para todo. Para saber el pronóstico del tiempo, para tener al instante los resultados deportivos, para mirar el canal árabe Al Jazzera, para twitear y facebookear con gente que no irías a visitar a su casa pero sabés “en qué anda”, también para (y sobretodo) mirar pornografía o para aprender a fabricar una mesita ratona. En fin, algunos hasta lo usan para algo interesante.

También se utiliza para robar notas. Entonces, si otro hizo el laburo por mí, voy a la barra de herramientas, corto y pego la info y a fin de mes voy a retirar mi cheque. Si no te descubren, hasta podés ser un escritor famoso.

Pero como soy un chorro honesto, voy a citar la fuente. La crónica que sigue está extraída del diario Marca de España, a propósito de la cuarta corona de Agrofor obtenida el último sábado. Que la disfruten.

“A por ellos…oé”

Por Iñaki Bautista Saénz Benerrutia, para Diario Marca (Madrid, España)

“¡Vaya faena! En el predio del Hipódromo (sí, aquí practican balompié en el mismo sitio donde corren los caballos) el equipo de Agrofor se ha proclamado campeón de la liga de los interprofesionales. Si bien la noticia no le interesa tres pitorros a los españoles, es de considerar la hazaña realizada por estos chavales, ya que no han logrado ni uno, ni dos, ni tres, sino cuatro campeonatos.

¡Por los juanetes de mi abuelo Serafín, qué partidazo he visto! Agrofor, tal el nombre simpático de este equipejo, salió a beberse los vientos desde el primer minuto ante un rival diezmado, pero cabroncete.

Los dirigidos por Cacho Navarre intentaron por todos los medios batir al portero rival, pero los caminos se estrecharon como las nalgas de mi primo Narciso cuando cayó en prisión. Ya que no se pudo por bajo, ni por los laterales, la opción fue lanzar churros desde Huesca. Y allí apareció Emiliano, el hijo del técnico, y de su madre claro está, para silenciar a aquellos guarripandas y jilimurreros que murmuran favoritismos por su condición filial. El balón vino llovido y a bote pronto el volante de Agrofor le dio una hostia al esférico que terminó atrapado en las redes de la puerta de Estudio.

Acto seguido, los delanteros del campeón tuvieron un par de ocasiones, pero se embarullaron como el corral de Pacheca y las uvas fueron pasas.

La segunda etapa parecía conducir a Agrofor por los sosegados senderos de la victoria, sin precipitaciones, ni nubarrones a simple vista. Pero ya ven, el tiempo cambia. Un contragolpe intrascendente trató a baquetazos a la defensa que no reaccionó a tiempo y permitió el empate rival. ¡Menudo jaleo! Las caras en el banco de suplentes eran de desesperación como la de Abundio, que vendió la casa para comprar los muebles.

¡Qué leches, ni leches¡ jugado por completo, los naranjas fueron zumbaos al ataque. Intentaron de cabeza, desde fuera del área y a balón parado. El milagro parecía desvanecerse, como mis chances de conquistar a la gran actriz Concha Velasco.

Ya en el epílogo, allí donde se escriben las grandes páginas de la historia, gran jugada colectiva. Zambrano habilita a Ortega, quien como torero, coge su mejor perfil y ante la mirada incrédula de los de blanco, le dio la estocada. 2-1 y bajada de telón.

¿Merecido? ¡Puñetas! ¿Acaso Dios fue justo cuando inventó las novelas de las 3 de la tarde o penalizó la marihuana? No me jodan. Esto es fútbol. Y gana quien quita las castañas del fuego a tiempo, pues sino se cuecen. Y por cuarta vez, los niños pijos de los interprofesionales entonaron el tradicional: Campeones, campeones, oe, oe, oe”.