lunes, 3 de agosto de 2009

Campera que debuta, gana


Por: Eulalio Meaurio

“Giunta, Giunta, Giunta…huevo, huevo, huevo”. La sinfonía compuesta por los poetas de los tablones representa un reconocimiento para aquel futbolista que a base de esfuerzo, tesón y garra, sensibiliza al público desde otro lugar. El aplauso ya no nace de un caño, una gambeta o una triple pared. La ovación se presenta por un cruce temerario ante una pelota imposible y la entrega que sale del corazón cuando las piernas no responden.

Complejizando el debate, algunos analistas advierten que no sólo tiene huevos aquel que traba con el occipital derecho una dividida. También el que la pide sin temor a la segura represalia de fieros zagueros rivales.

Pero si nos ponemos finos, huevos, lo que se dice huevos, es subirse a un barquito con 80 tipos de barba tupida desde México, desembarcar en Cuba y derrocar a una dictadura. También requiere esos atributos ser novio de Zulma Lobato.

En ese sentido, las expresiones que se escucharon el sábado post partido coincidían en resaltar los cojones. “¿Viste como se tiró al piso Gastoncito?” “¡Bien la Foca cuando se anticipó con los puños al delantero!” “¡Cómo apretó la Negra!” “¡Al Flaco le dieron con ganas y se la bancó!”, son frases que elogian el carácter, pero dan cuenta que el sábado hubo mucho más overol que fantasía. Un factor que puede inclinar la balanza en determinados momentos, pero que por sí solo no gana campeonatos. Claro, el rival también juega y Agrofor sabe sus limitaciones.

Ahora son 13

La alineación inicial sólo mostró una modificación: el Bohemio Gunther por Facundo (esta vez la culpa no fue de Wanda). De entrada Estudio se vino encima. Un par de faltas discutidas pusieron al naranja contra el arco que defiende la Foca, pero con oficio Agrofor lo emparejó. Hubo exceso de suelas y pocas llegadas.

En el complemento se vio lo mejor. Los volantes se soltaron más y los delanteros se mostraron punzantes como la cola de la manta raya que ultimó al domador de cocodrilos de la tele. La pelota dejó de besar las nubes y empezó a tener contacto con el piso. Bola por abajo y foul al borde del área. Le pega Diegote el día de su cumpleaños y el exceso de caña con ruda le quita potencia al remate que contiene el arquero. Agrofor avisaba.

Cinco minutos después se repite la jugada. El Flaco arrastra marcas y un pasado que sus ex compañeros no olvidan por lo que resuelven darle en las costillas, las dos rodillas y la pera a metros del área. Esta vez acomoda la Negra. El mono aullador le mete el roscazo y la pelota se estrella contra el palo. El rebote encuentra la pierna derecha de Gastón que espera con la misma buitresca actitud que los abogados un caso de mala praxis en la sala de terapia intensiva. Toque y gol.

A partir de ahí se armó otro partido. El rival con la urgencia de ir al frente y el naranja de defender la diferencia que tanto costó conseguir.

En esos momentos apareció la entrega, el sacrificio y la solidaridad del equipo que resistió las embestidas de los muchachos de Estudio.

El árbitro exige el cambio del Foco. Zambrano abrazó la bomba atómica y la arrojó al banco. Entra Cristian, canilleras en mano. Va de 8, lo mandan de 4. Al Bohemio no le avisan, Claudio no se enteró, Lafuente estaba pensando cuántos ladrillos le faltaban para terminar el muro de su casa y Dani Caballero todavía no digería la llave que se tragó cuando le puso candado a su sector.

El desorden de ese momento hizo zozobrar al equipo, pero no pasó a mayores.

Sólo quedó tiempo para el ingreso de la primera guitarra del plantel, Luisito, que le puso mucha actitud y peleó todas. Pitido final, abrazos y tributo a la hinchada que siempre está, revoleando las camperas naranjas de estreno.

Me quedo con esa foto. Ojalá se repita en tres fechas. O antes.

Agrofor dedica el triunfo a Don Pancho, que ahora alienta desde el cielo.

2 comentarios:

el personaje dijo...

Para mi guricho dio suerte al equipo y dio algo al flaco y me parece que no es gatorade..

Anónimo dijo...

Ahora entendí