La promoción, la promoción, se va a la puta que lo parió

Por Eulalio Meaurio (Desde la Universidad de Pretoria, Sudáfrica)

“Mandá lo que quieras. Pero que sea corto”. El pedido de mi jefe de blog responde al apriete de los lectores que no tienen tiempo para perder en la página pero sí para ir a escuchar Bossa Nova los viernes a la noche desde la gélida terraza de un coqueto bar posadeño. Digo que lo voy a considerar, pero la sugerencia me importa lo mismo que a la FIFA que haya un golpe de estado en Honduras y ese equipo juegue como si nada la Copa del Mundo.

Durante la comunicación telefónica mi jefe me comentó que Agrofor ganó 4–1 a Contadores Libres. Que la Negra hizo tres goles. Que la Foca hizo 15 abdominales antes de empezar el partido. Que Badaracco ahora apunta al arco. Que la zaga central no anda con trajes de Armani, pero ganan en efectividad. Que volvió Belocchio. Que el Japonés fue titular y puso una bola mágica en el segundo gol. Que este mes tampoco me va a girar la guita. Que el fenómeno Lafuente, injustamente castigado tanto afuera como adentro de la cancha, revolucionó el andarivel derecho, rompió con el libreto asignado y su columna vertebral al ensayar una cabriola en el aire con resultados impredecibles para su maltrecha salud. Que Apepú despejó todo, lejos y cerca de su arco. Que Gastón casi mete otro gol. Que el Flaco puso un pase exquisito. Que a Dino lo fue a ver su novia. Que Claudio raspó. Que Zambrano jugó, marcó y tomó. Que Cacho, por fin, no sufrió tanto.

La información aportada por mi jefe fue nutrida, pintoresca e irreproducible de a ratos. Pero lo más importante: me confirmó que con 19 puntos la Naranja Mecánica está entre los siete que pelearán por el título.

¿Y ahora? ¿Quién ganará el campeonato? ¿Quién quedará en el umbral de la gloria? Para despejar las incógnitas, este cronista consultó a la gitana hermosa que tira las cartas. La misma de la canción que en ocasiones anteriores predijo que Agrofor iba a ser campeón. Le saco el polvo a mi agenda y llamo a Posadas a cobro revertido. Riiiiiiing.

–Hola Eulalio

–Cómo supiste que era yo si… claro, sos vidente.

–Veo que seguís dándole al whisky con dos de hielo.

–Bueno, no te llame para hablar de mí. Agrofor otra vez se coló en la liguilla y quería saber tu pronóstico.

–Como estás en Sudáfrica saco una carta por vos, dijo la gitana.

–¿Qué salió?

–Cuatro de copas.

–“Noooooooo!!”, dije esperando lo peor.

–Tranquilo Eulalio, que esto no es truco. Las copas representan al agua y todo lo relacionado a las emociones. Es señal de prestigio y triunfo.
–¿Y el cuatro?

Una pista reveladora. Recién en la cuarta fecha de la liguilla se va a partir la tabla en dos grupos. Y veo un color naranja entre los primeros. Saco otra carta.

–¿Y ahora?

–Caballo.

–Perra.

–No, no es por vos. Salió el 11 de Oro.

–Ah, disculpá. ¿Y qué significa? ¿Qué ganamos al trote?

–No. La carta marca un momento de transición. Los Oros representan a la Tierra. Están relacionados en las cartas españolas a las riquezas materiales, a la suerte y al dinero. Si te sale al revés es sinónimo de contratiempos con la ley. Y está asociada a la sorpresa. Esto indica que Agrofor puede hacer un gol de pelota parada. Y lo más inédito: de cabeza.

–¿Facundo se va a ir a Wanda? ¿El Foco va a seguir yendo a la tibia de los rivales? ¿El cheque a 90 días de Dino por las camisetas, tiene fondos?

–Voy a sacar la última carta, me dice la gitana. As de espadas. Las espadas representan al aire, toda la actividad mental. Embarazo.

–¿Y eso que tiene que ver con el fútbol?

–Que se está pariendo algo grande. Pero ustedes tienen que hacer su parte. Esto no es magia. Hay que entrenar, jugar concentrados, ser disciplinados tácticamente y definir los partidos…

Las cartas están echadas. Me lo dijo una gitana. Y no suele fallar.