No todo lo que brilla es oro

Por: Eulalio Meaurio

“Encontraron oro en la costanera”. Apenas la noticia se divulgó en El Territorio, enfilé para el principal atractivo turístico posadeño con la intención de infiltrarme en la megaobra. La maniobra me salió mal. El capataz me vio dando vueltas por el lugar y me invitó a agarrar una pala. “Necesito plata, no trabajo”, le solté. “Empezá a cavar salame”, me retrucó el morocho que no parecía ser proclive al intercambio de ideas. Sin opciones me calcé el overol. De todas formas, la paga de este blog es pésima y la posibilidad de cazar algún lingote todavía sonaba tentadora. Me remangué y me puse manos a la obra.

Cinco minutos fueron suficientes para determinar que lo mío es la filosofía y la elaboración de proyectos a largo plazo. El oro no aparecía y el sol pegaba más que Drago en Rocky IV. De repente, sonó el celular. “Che pelotudo, acá está por empezar el partido de la aristocracia local y vos boludeando. Vení ya para el hipódromo”. El Bebe fue implacable. Tiré la pala y le dije al capataz que me las tomaba, que la vida era algo más que tomar vino en cajita y comer parrilladas a la vera del cordón cuneta. La lluvia de clavos, tornillos, martillos y baldes con cemento que me revolearon me sirvieron de envión para llegar con tiempo al hipódromo.

“¿Cómo jugamos hoy?”, le solté con el poco aire que me quedaba al Chorpa. “Parece que hacemos la táctica del reloj de arena. Cinco, uno, cuatro”, explicó el barrabrava, quien ante la ausencia de Wally, se quedó con el reinado absoluto de la pesada.

Comienza el match. Del otro lado, el siempre aguerrido Abogados A. Típico equipo que calienta la previa en los medios, pero en la cancha no concretan sus amenazas y terminan postergando sus bravuconeras promesas.

El tiempo pasa, casi no hay llegadas a los arcos y el naranja intenta hacer la suya. Toque, cambios de frente y sorpresa. Pero el clima, la cancha y la poca inspirada tarde de sus más talentosos referentes atentan contra el espectáculo. Nos vamos al descanso con la sensación que se pudo hacer algo más.

Comienza la segunda etapa. El partido continúa siendo luchado y la táctica del reloj de arena se hacía más notoria. Solito en el medio Claudio Zacarías, favorecido por la rigurosa dieta a la que fue sometido, se bancaba la parada.

Los minutos pasaban, hasta que una pelota revoleada al área de los Abogados decanta en el esférico botín de un zaguero que la impulsa con imprudencia al medio del área. La pelota cae en los pies de Ariel “tengomuchasofertasparairmeajugaraotrosequipos” Villalba. Solo, sin marcas. Puntazo, pero la bola rebota en la pantorrilla del arquero rival. Las remeras de “Casi héroe”, se agotan en los puestos de venta de la cancha 2.

El partido sigue sin un claro dominador, hasta que la defensa agroforeña zozobra. Meten un centro abajo y la Foca se juega a los pies del delantero, evitando una segura caída. Un pique de Zambrano, el debut de Luis y los gritos constantes fueron instantáneas que acompañaron hasta el final a un partido que se cerró con un intrascendente 0 a 0 ¿Se pudo haber ganado? ¿Por qué no hay agua en el banco durante el entretiempo? Gastón de 4 ¿El japonés de 3? ¿Hay oro en la costanera? Esta vez no hubo brillo, pero el equipo está. Hay que pulirlo.